domingo, 17 de junio de 2012

SOMETIDOS


Desde que hace un tiempo comencé a ver y a recibir mensajes con la palabra “DESPERTAR”, mis sentidos están alerta, más alerta que nunca, a todo lo que veo, oigo, siento y pienso.
Tanto es así, que empiezo a ver lo que es y lo que no es. Y empiezo a darme cuenta de que ese es realmente el problema: lo sumamente difícil, por no decir imposible, que es distinguir la ficción de la realidad.
A simple vista, todos nos creemos capaces de distinguirla porque partimos de la base de que la verdad es lo que nosotros nos creemos y la ficción, todo aquello que no nos podríamos creer ni aunque lo tuviésemos delante de nuestras propias narices. Yo al menos, creo que esto es así.
A cierta edad, después de haber hecho no sé cuantísimas horas de ver televisión, tienes la sensación de haber visto de todo: extraterrestres, seres demoníacos, monstruos, dinosaurios, mutantes; vida en el centro de la tierra y en otras galaxias; el cielo y el infierno; gente con poderes sobrenaturales y personas muy miserables, personas muy pobres, víctimas y verdugos; indios, vaqueros, samurais, esclavos; vida en otras dimensiones; ritos satánicos y exorcismos; gente mala, muy mala, tan mala que no quieres creer que pudiera existir en nuestra realidad; reyes, emperadores, dioses, locos; griegos, romanos, vikingos, bárbaros; asesinatos, conspiraciones, droga, sexo, abusos; tráfico de órganos, de personas, de armas, de estupefacientes; secretos de Estado, secretos vaticanos, guerras, espionaje; muerte a pequeña escala y a muy gran escala; enfermedades, epidemias, accidentes, atentados, catastrofes naturales y catástrofes provocadas por el ser humano...
En fin, podría seguir horas y horas recordando imágenes televisivas pero, debo reconocer, que la mayoría de ellas, poco o nada han tenido que ver con mi vida cotidiana o anodina, como le prefiramos llamar.
Es por ello que tengo que hacer un importante acto de fe para creer en la mayoría de todo lo que yo no he visto fuera de la pequeña o la gran pantalla; aunque mucho de ello sí creo que realmente existe y es o fue así, muchas otras imágenes, me parecen simplemente puro teatro.
El problema que se me representa ahora es que cuando miro la realidad a mi alrededor -lo que más o menos puede uno creer que es la realidad para que no le llamen loco- veo lo mismo: un puro teatro con millones de extras, muchísimos actores secundarios, muchos actores de reparto y una importante élite protagonista en muchos ámbitos: la economía, la política, la religión, el deporte, la música, la cultura, el periodismo, la moda, o aquellos otros que simplemente han nacido en posiciones de privilegio, etc. etc.
Casualmente son, precisamente estos últimos, los que ocupan la mayor parte del tiempo las pantallas de nuestros televisores y los que dibujan tanto nuestra realidad como nuestra ficción, por lo que, “de un tiempo a acá”, sólo me asomo a ella para intentar saber qué es lo que están tramando aquellos que han sido elegidos para que dicten las leyes que gobiernan y dirigen nuestros destinos.
Pero, ¿qué he encontrado como sustituto de la televisión para entretenerme, informarme o aprender? INTERNET. No llevo demasiado tiempo en este mundo virtual pero sí lo suficiente como para tener todavía más complicado distinguir la ficción de la realidad; porque, en este nuevo mundo, sí somos todos protagonistas -de momento- y a la clarísima manipulación que ejercen el resto de los medios de comunicación, se une la locura o la cordura de muchos otros seres humanos que, como yo, intentamos dar a conocer al mundo lo que creemos que es “la realidad”. Sin dejar de saber que también por estos lares están presentes los intereses económicos, en el más amplio sentido de la palabra, porque si hay algo que cada vez voy teniendo más claro, es que este planeta está gobernado por el dinero.
Pero internet tiene todavía muchísimo más peligro y muchísimo más poder de lo que a simple vista puede parecer; porque, si estamos de acuerdo en que el dinero es el poder que maneja los hilos, internet no deja de ser eso, hilos, una inmensa red de hilos a la que cada día más y más seres humanos estamos vinculados para sacar nuestro dinero de los bancos; para acceder a nuestros historiales médicos, delictivos, fiscales; para informarnos, incluso para comunicarnos, organizarnos o simplemente para desahogarnos y protestar.
Bueno, no era exactamente esto lo que os quería contar, aunque sí me parece interesante tenerlo en cuenta.
Tenemos montones de frentes abiertos en esta batalla que, quienes tienen el capital, han puesto en marcha para someter a los más desfavorecidos -de momento, mediante sus políticas económicas- pero, algo en mi interior -creo que se llama intuición- me dice que esta vez, esto no va a ser suficiente y tengo la impresión de que esta vorágine de crisis económica en la que el dinero ha dejado de ser real y ha pasado a ser virtual, no se va a solucionar tampoco con economía real sino de alguna otra manera.
Así que, me he pasado al lado de quienes creen en que una gran conspiración de la élite mundial es posible e intento ver alguna señal de por donde pueden venir los tiros entre tanta teoría y tanta desinformación, con el único objetivo de ponerme a salvo yo y a los míos a tiempo y, a ser posible, advertir a otros seres humanos para que puedan ponerse a salvo de lo que pudiera venir, sea natural o provocado.
No pretendo meteros el miedo en el cuerpo, incluso pensar en que estoy como una verdadera cabra, podría también ser una buena opción.
Me conformaría con que intentéis ver un poquito más allá de lo que la televisión nos muestra y que miréis con más atención la realidad a vuestro alrededor, poniendo el máximo interés en las personas y no en el dinero; en los sentimientos y no en el confort y en los placeres; en la solidaridad y no en las batallas.
En definitiva, tendiendo los hilos entre los seres humanos en la proximidad y no en la distancia que, en definitiva, es lo que es internet. Si algún día hemos de organizarnos y no podemos comunicarnos a través de esos hilos, estaremos solos y desarmados frente a ellos y su poder, que lo tienen y mucho.
Y poner mucha atención al “Nuevo Orden Mundial” que viene orquestado desde Norteamérica y que va mucho más allá del mundo financiero. No sólo tratan de imponernos sus políticas económicas y sociales, quieren quedarse con todo y dejarnos sin nada: sin dinero, sin derechos, sin libertad y sin dignidad; SOMETIDOS.


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